Francisco volvió a recordar la cruenta persecución de cristianos en Oriente Medio durante un encuentro con 5000 religiosos en el Vaticano.
FRANCISCO
'Sé que entre vosotros hay consagrados y consagradas de Iraq y Siria. Querría comenzar con un recuerdo a nuestros mártires de Irak y Siria, nuestros mártires de hoy. Quizás vosotros conocéis a muchos o a algunos'.
Insistió en que los mártires de hoy son más que los de los primeros tiempos y recordó un hecho particular que le sucedió en la plaza de San Pedro con un sacerdote iraquí.
FRANCISCO
'Hace algunos días, en la plaza de San Pedro, un sacerdote iraquí se me acercó y me dio un pequeño crucifijo. Era el crucifijo que tenía en la mano el sacerdote que fue degollado por no renegar de Jesúcristo. Ese crucifijo lo llevo aquí'.
De este modo Francisco comenzó un ecuentro vivaz en donde respondió a las preguntas que le hicieron algunos de los religiosos presentes.
Les recomendó evitar las murmuraciones y chismes que fomentan la desunión y les advirtió contra el peligro de convertir su vida en un conjunto de reglas que se deben cumplir y que ahogan su creatividad.