Este gesto del Papa Francisco impresionó a los católicos en todo el mundo.
'Le pido un favor, que me bendiga a mí y a la Iglesia de Romaâ?.
Sin embargo, para los 225 millones de ortodoxos este otro beso pudo ser mucho más significativo.
P. JOHN CHRYSSAVGIS
Patriarcado Ecuménico de Constantinopla
'Creo que no fue sólo un gesto simbólico. Fue un profundo gesto de humildad. Mostró que no ve la autoridad o el poder como el mundo laico. Fue una declaración de igualdad entre el Papa y el Patriarca. Cuando le besó la mano en Jerusalén, el Patriarca respondió con un abrazo. Aquí sospechaba que el Papa haría algo más, y quiso responder mostrando que ninguno está por encima del otroâ?.
En el año 1054 las diferencias culturales entre Oriente y Occidente culminaron con la división de los cristianos entre ortodoxos y católicos.
El cisma fue tan profundo que prácticamente no hubo contactos oficiales entre ambas Iglesias hasta 900 años después, cuando el Patriarca Atenágoras y Pablo VI decidieron reunirse en Jerusalén en enero de 1964.
A partir de entonces se sucedieron las visitas recíprocas.
Juan Pablo II dio un paso más con la encíclica 'Ut Unum Sintâ? en la que propuso ejercer el primado de un modo que sea aceptable para la Iglesia ortodoxa.
Benedicto XVI mantuvo esta propuesta y multiplicó los encuentros. Con él las relaciones se normalizaron tanto que el Patriarca Bartolomé participó en la Misa de inicio de Pontificado de Francisco.
Ahora el Papa ha regresado a la sede del Patriarcado ecuménico y ha tendido de nuevo la mano.
FRANCISCO
'Quiero asegurar a cada uno de vosotros que, para alcanzar el anhelado objetivo de la plena unidad, la Iglesia Católica no pretende imponer ninguna exigenciaâ?.
La novedad de su visita no fueron sus palabras sino los gestos, que mostraron las buenas intenciones.
P. JOHN CHRYSSAVGIS
Patriarcado Ecuménico de Constantinopla
'Por un lado puede decirse que no ha ocurrido casi nada aquí en Estambul. Y por otro, que ha sido un cambio importantísismo. Por eso esta visita del Papa es importante. Porque aunque sea sólo una visita a una Iglesia, un abrazo a otro obispo, es un recordatorio y un compromiso de seguir juntos, de estar en diálogo, estar comunicados hasta que seamos una sola Iglesiaâ?.
No sólo la doctrina divide a ortodoxos y católicos. Pesan mucho más los prejuicios culturales y malentendidos de casi mil años de separación.
No es fácil prever cuándo se unirán los católicos y los ortodoxos. Puede ser cuestión de años o de siglos. Sin embargo, aparentemente el proceso ya está en marcha y no tiene vuelta atrás.
JMB
MG
SV
- PR
Up: MPI