El Sínodo de la Familia destaca la importancia de la fe para vivir el matrimonio y educar a los hijos.
Por eso, los organizadores del Sínodo han conseguido que se expongan las reliquias de dos parejas casadas que ya han sido beatificadas.
P. ANTONIO SANGALLE
Vicepostulador, Causa de Louis y Zélie Martin
'La presencia de estas dos parejas es muy importante en la historia de la Iglesia. Demuestran que la vida matrimonial, la vida de los esposos, también es camino de santidad. Y también que el amor conyugal no se opone a tener una vida santa'.
Las reliquias de los beatos Louis y Zélie Martin y de su hija Santa Teresa de Lisieux están en Roma por el Sínodo. También las de otro matrimonio, esta vez italiano: Luigi y Maria Quattrocchi. Francisco las veneró en la Misa de apertura del Sínodo.
Las reliquias pueden verse en la Basílica de Santa María Mayor, donde peregrinos de todo el mundo ya han rezado ante ellas.
Para el vicepostulador de la causa de Louis y Zélie Martin, la vida de los padres de Santa Teresita cobra especial relieve durante el Sínodo de la Familia.
P. ANTONIO SANGALLE
Vicepostulador de la causa de Louis y Zélie Martin
'Su importancia radica en que son grandes intercesores. Lo que les pedimos a estas parejas de beatos es lo que ellos quieren en el Cielo, y también toda la comunidad de los santos. Estas intercesores en el Cielo, se vuelven ahora hacia este gran evento en la Iglesia, el Sínodo Extraordinario'.
El Padre Sangalle asegura que Louis y Zélie Martin son un ejemplo para todos las parejas que cuentan con Dios en sus matrimonios. Su hija, Teresa de Liseux, es la prueba más palpable.
P. ANTONIO SANGALLE
Vicepostulador de la causa de Louis y Zélie Martin
'De acuerdo a lo que nos enseña el Evangelio, conoceremos al árbol por sus frutos. Cuando pensamos en el fruto de esta familia, Santa Teresa del Niño Jesús, debemos recordar que su árbol fueron su padre y madre. De hecho, Santa Teresita decía que eran más dignos del Cielo que de la tierra'.
Las reliquias de Luigi y Maria Beltrame Quattrocchi también están en Roma por el Sínodo. Juan Pablo II los beatificó en 2001 y se convirtieron en la primera pareja beatificada al mismo tiempo en la Historia.
Las reliquias de estos matrimonios, junto a las de Santa Teresita, podrán visitarse hasta el 19 de octubre, cuando concluya el Sínodo.