En un abrir y cerrar de ojos un pez puede transformarse... en un pato. Para esta metamorfosis sólo hace falta convertir sus aletas en alas y sus escamas en plumas. O tener el genio de Maurits Cornelis Escher.
Por primera vez, Roma reúne 150 obras maestras de este inconfundible artista holandés.
MARCO BUSSAGLI
Responsable exposición 'Escherâ?
'Es una figura que ha unido ámbitos completamente distintos, que van de la cristalografía a la geometría, a las matemáticas, a la música, porque también le interesaban. Consiguió unir todo esto en su arte gracias a su capacidad manual absolutamente inalcanzableâ?.
Escher nació en Holanda en 1898. Aunque muchos le definen como un intelectual, nunca hizo estudios superiores.
Cuando le preguntaban por su obra, la resumía así: 'Mi arte es un juego... Pero un juego muy serioâ?.
Un juego que despertó cuando se trasladó a Italia en 1922.
MARCO BUSSAGLI
Responsable exposición 'Escherâ?
'Escher era una persona más bien cerrada que se abre cuando llega a Italia. Para él, Italia era una tierra bendecida y así lo escribió en su diario. Le fascinaba el sol, el mar, las flores... También conoció a la que sería su mujerâ?.
Gracias a una técnica muy precisa, los dibujos de Escher dan forma a contradicciones que desafían la forma convencional de ver el mundo.
En 'Relatividadâ?, por ejemplo, pone en duda los conceptos 'arribaâ? y 'abajoâ?. Cada visitante deberá decidir quién sube y quién baja en este laberinto de escaleras.
La exposición también ofrece juegos con los que aprende los trucos visuales del maestro.
Todo para descrifrar una mirada que se atrevió a diseccionar la fantasía que oculta la realidad.
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