Francisco presidió la Misa que concluyó el encuentro 'La bendición de la larga vida'. Fue la primera vez que ancianos y abuelos se reunían con el Papa en la plaza de San Pedro.
En su homilía, Francisco hizo referencia al pasaje del Evangelio en el que la joven Virgen María visita a su prima Santa Isabel, ya anciana.
Francisco reflexionó sobre la importancia de que jóvenes y ancianos no rompan los lazos que les unen.
FRANCISCO
'Pero, si después no se recupera el encuentro, si no se logra un nuevo equilibrio fecundo entre las generaciones,se llega a un grave empobrecimiento del pueblo, y la libertad que prevalece en la sociedad es una falsa libertad, que casi siempre se convierte en autoritarismo'.
El Papa explicó que la Virgen visitó a su prima Isabel y a Zacarías para escuchar la sabiduría de dos ancianos que eran 'expertos en Dios y en esperanza', algo que necesita el mundo en estos tiempos, dijo Francisco.
FRANCISCO
'Así, la Virgen María nos muestra el camino: el camino del encuentro entre jóvenes y ancianos. El futuro de un pueblo supone necesariamente este encuentro: los jóvenes dan la fuerza para hacer avanzar al pueblo, y los ancianos robustecen esta fuerza con la memoria y la sabiduría popular'.
Cerca de 40.000 abuelos y ancianos de 20 nacionalidades diferentes se dieron cita en la plaza de San Pedro. Para que no olviden esta jornada, el Papa les regaló un Evangelio de San Marcos firmado por él e impreso en letras grandes, especial para aquellos a los que les falla la vista.