El Papa Francisco está convencido de que monseñor Óscar Romero es 'un hombre de Dios'. En su viaje de vuelta de Corea del Sur, el Papa definió así al arzobispo de San Salvador, asesinado en 1980.
Francisco añadió que su proceso de beatificación, abierto en 1997, está 'desbloqueado' y sigue su curso normal.
í?scar Romero nació en Ciudad Barrios, El Salvador, en 1917. Fue ordenado sacerdote en 1942 y le nombraron arzobispo de San Salvador en 1977.
A finales de los 70 la violencia teñía de sangre las calles de El Salvador: el gobierno reprimía cualquier voz disonante, fuera de políticos, sindicalistas o religiosos.
Una situación que arrastró al país a una guerra civil de más de 10 años que se llevaría por delante 75.000 vidas.
Monseñor Romero centró su labor pastoral en los más pobres y necesitados, principales víctimas de las luchas entre la guerilla y el ejército.
El 24 de marzo de 1980, le dispararon hasta la muerte mientras celebraba Misa en un hospital.
34 años después de su asesinato, el Papa clarifica que su proceso de beatificación no tiene ningún 'impedimento', después de que la Congregación para la Doctrina de la Fe lo bloqueara 'por prudencia', como explicó el Papa.