Una peregrinación a Roma siempre es especial pero hay detalles que pueden convertirla en inolvidable.
FRANCISCO
'Saludo cordialmente a los fieles de San Fernando y de Ubrique, Cádiz; de Elche de la Sierra Albacete, y de Parla, Madridâ?.
Para estos 40 peregrinos de Parla, en Madrid, el saludo del Papa Francisco el domingo en el ángelus ha sido el mejor regalo que se llevan de este viaje.
'De repente, cuando dijo 'Parla' fue un subidón totalâ?.
'Fue un momento de emoción porque el Papa es alguien muy importante para nosotros y que diga 'Parla', que es un sitio no muy conocido, es algo no muy habitualâ?.
'Sorprendente porque había tanta gente y entre tanta gente nos dijo a nosotrosâ?.
El párroco planeó durante meses la peregrinación a la Ciudad Eterna. Pidió a la Casa Pontificia poder celebrar la Misa con el Papa en la festividad de San Pedro y San Pablo. No pudo ser pero el domingo les esperaba otra sorpresa.
MODESTO íLVAREZ
Párroco, San Francisco de Sales, Parla (Madrid)
'Me dijeron que eso no podía ser y a cambio me dijeron que podíamos acceder al ángelus, que no hacía falta reserva ni nada. Con eso quedó plasmada en la Prefectura nuestra visita y no nos dijeron nada más. El otro día yo ni me lo esperaba y el Papa se acordó de que estábamos aquíâ?.
Y ahí, en la plaza de San Pedro, se desató la euforia cuando Francisco se refirió a ellos sin previo aviso.
'Se nos pusieron los pelos de punta, evidentemente. Cuando él empieza a hablar y empieza a nombrar sitios siempre esperas que te nombre y como no sabíamos nada es una emoción bastante fuerte. Con los pelos de punta. Fue muy bonitoâ?.
'A mí me dio un vuelco el corazón y la gente se volvió loca. 'Somos de Parla' empezamos a gritarâ?.
Visitar Roma en cuatro días es una misión imposible. Aunque no hayan visto todo, vuelven a casa más que felices. Ni el calor ni el cansancio borran la sonrisa de sus rostros. Menos aún después del saludo del Papa. Su alegría es contagiosa y se nota.
AC
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