En mayo el Padre General de la Compañía de Jesús anunció la convocatoria de una nueva Congregación General para 2016. Allí tiene previsto presentar su renuncia. Estas son sus primeras declaraciones. Fueron realizadas a los portavoces de la Compañía de Jesús en España.
Adolfo Nicolás fue elegido hace seis años y asegura que su edad tiene un peso importante en la decisión de renunciar.
P. ADOLFO NICOLÁS
General, Compañía de Jesús
'Ciertamente yo no puedo someter a la Compañía a años de decadencia personal. Después de los 80 ya entra uno en ese proceso de decadencia. Yo prefiero moverme fuera del trabajo, cuando todavía tengo capacidad de pensar y no esperar a que los jesuitas pregunten 'ese viejito de Roma sigue allí', que no es muy positivo. Hay que hacer las cosas con cierta lucidez y es mejor empezar ya a prepararlo'.
La Congregación General se celebrará en el año 2016. Hasta entonces los jesuitas de todo el mundo analizarán los problemas de la Compañía y de la sociedad para desempeñar mejor su tarea.
P. ADOLFO NICOLÁS
General, Compañía de Jesús
'Creo que nuestra función ahora en la Iglesia es procurar que haya profundidad, que no nos vayamos por lo que nos vamos todos: por lo periodístico, por lo inmediato, sino estudiar las cosas a fondo y tratar de responder a lo que la Iglesia necesita ahoraâ?.
Una de las cuestiones que analizarán es la situación de Oriente Medio, donde dos jesuitas permanecen secuestrados: Prem Kumar en Afganistán y Paolo Dall'Oglio en Siria. Adolfo Nicolás dice que son jesuitas 'de primera', muy entregados, que sabían dónde iban pero que no tenían miedo.
P. ADOLFO NICOLÁS
General, Compañía de Jesús
'Por ejemplo, el P. Frank Van der Lugt, que acaban de matar en Siria. Es un hombre que conscientemente sabía que iba al martirio y cuando tuvo oportunidad e incluso con presión para salir, dijo que se quedaba, que mientras su gente estuviera sufriendo, se quedaba con ellos, y le han matado por eso'.
Esta no será la primera vez que el Padre General de la Compañía renuncie. Su predecesor, Peter-Hans Kolvenbach, abandonó el cargo en 2008 tras obtener el consentimiento de Benedicto XVI.