Francisco visitó la basílica de Santa María en Trastévere para reunirse con las personas necesitadas que ayuda la Comunidad de Sant'Egidio.
Aunque el tiempo en Roma no acompañó, el Papa recorrió a pie el conocido barrio para saludar a miles de personas que le esperaban por las calles.
Al entrar en la basílica, lo primero que hizo el Papa fue ofrecer flores y oraciones a la Virgen de la Clemencia.
Después, el Papa escuchó los testimonios de varias personas que reciben ayuda de la Comunidad de Sant'Egidio.
Adriana, una mujer con discapacidad, y Dawood Yousefi, un refugiado musulmán, explicaron cómo fueron acogidos por Sant'Egidio.
ADRIANA
'En el Evangelio, Jesús cura a muchos enfermos. Yo también tengo varias dificultades, tanto físicas como psíquicas, pero este año he comprendido que la peor enfermedad es la soledad. Pero Jesús me ha curado'.
DAWOOD YOUSEFI
'Recuerdo el camino por las montañas entre Irán y Turquía donde estuve dos semanas. Por el camino ví los esqueletos de otros refugiados. Temí morir porque hacía mucho frío'.
Francisco criticó que 'una economía especulativa' empobrezca cada vez más a los más pobres. Pidió que la solidaridad no desaparezca nunca.
FRANCISCO
'Esta palabra, 'solidaridad', muchas veces se quiere quitar del diccionario porque para algunos parece una mala palabra. ¡No! Es una palabra cristiana, ¡solidaridad! Por eso sois familia de los que no tienen casa, amigos de las personas con discapacidad, que expresan tanta humanidad'
En su discurso, Francisco retomó el tema de la 'cultura del descarte' que deja de lado a jóvenes y a ancianos. Dijo que está sucediendo claramente en una Europa que ha perdido sus raíces.
FRANCISCO
'Hoy hablo de Europa. Europa está cansada. Tenemos que ayudarla a rejuvenecer, a que encuentre sus raíces. Es la verdad, ha renegado de sus raíces. Es la verdad, pero tenemos que ayudarla a reencontrarlas'
El Papa agradeció el trabajo de los miembros de la Comunidad de Sant'Egidio 'por hacer crecer la amistad en lugar de los fantasmas de la enemistad y la indiferencia'
La Comunidad de Sant'Egidio nació a finales de los años 60 para ayudar a los más pobres de Roma y trabajar por el ecumenismo y la paz en todo el mundo.