El rabino jefe de Jerusalén recibió al Papa junto al Muro occidental, también conocido como Muro de las Lamentaciones. Se trata de la única pared que se conserva del Templo de Jerusalén.
Con la ayuda de maquetas le explicaron su historia y su significado.
Luego, ante el Muro, el rabino rezó en hebreo un salmo que recuerda que Jerusalén es una Ciudad Santa bendecida por Dios.
Después, el Papa se acercó al Muro y rezó en silencio.
También dejó allí una oración escrita de su puño y letra. En ella pide 'al Dios de Abraham, Isaac y Jacob, Dios de Jesús de Nazaretâ?, la paz para Jerusalén.
Cuando acabó de rezar se le acercó su amigo el rabino argentino Abraham Skorka para darle un emocionado abrazo.
Aunque no se acercó al Muro, también fue testigo de la escena otro amigo del Papa, el dirigente musulmán argentino Omar Abboud, que le acompaña en el séquito oficial.
Tras el intercambio de regalos, el Papa escribió un salmo y un mensaje en el libro de visitas: 'Con estos sentimientos de alegría y agradecimiento a mis hermanos mayores, he venido a rezar y he pedido al Señor la gracia de la pazâ?.
Antes de despedirse, el rabino le dio la enhorabuena por su conocimiento de la religión judía.
JMB
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