Casi 12.000 peregrinos llenaron la plaza exterior a la residencia pontificia de Castel Gandolfo, para asistir a la misa con el Papa Francisco en la fiesta de la Asunción de la Virgen María.
El Papa salió por la misma puerta que el 28 de febrero se convirtió en la imagen del final del pontificado de Benedicto XVI. En un altar provisional y vestido con ornamentos sencillos, Francisco centró su homilía en la contribución de la Virgen María a la Iglesia.
PAPA FRANCISCO
'A la luz de esta bellísima imagen de nuestra Madre, podemos considerar el mensaje de las lecturas de la Biblia que acabamos de escuchar. Podemos concentrarnos sobre tres palabras clave: lucha, resurrección, esperanzaâ?.
El Papa explicó que el primer término se refiere a la lucha entre el bien y el mal, y cómo la Virgen juega un papel clave para orientarnos en esa batalla.
PAPA FRANCISCO
'María nos acompaña, lucha con nosotros. Sostiene a los cristianos en el combate contra las fuerzas del mal. La oración a María, particularmente el Rosario. Escuchad bien , ¡el Rosario! ¿Vosotros rezáis el Rosario todos los días? No sé... ¿Seguro? Esta bienâ?.
El Papa dijo que la Virgen compartió las luchas de su hijo, Jesucristo. Ella sufrió con él, y por eso cuando Jesús resucitó, ella también nos mostró la redención.
PAPA FRANCISCO
'Nuestra Madre también podemos decir, es nuestra representante, es nuestra hermana, la primera hermana de los redimidos que ha llegado al cieloâ?.
A través de ese sufrimiento y de la redención, la Virgen María es también la imagen más característica de la esperanza, dijo el Papa. Está siempre cerca de los que sufren en todo el mundo, y les ofrece esperanza para vencer en su lucha.
Tras la Misa el Papa rezó el íngelus y después permaneció en Castel Gandolfo durante el día. Por la tarde visitó de forma privada la parroquia local y regresó al Vaticano.
Rcarr/RCG
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